Ignorance is bliss
A juicio de Camus, no hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio y, en relación a esto, el juzgar si la vida vale o no la pena vivirla. La vida es una lucha por evadir este cuestionamiento trascendental, ante lo absurdo, lo irracional y nostalgia de la incerteza de nuestra existencia (1995: 15, 21, 44). Junto a esto, padecemos de un deseo profundo de unidad, solución, claridad y cohesión. No sabemos si todo esto existe de hecho, pero sí somos conscientes de que no podríamos comprenderlo del todo. Este sentimiento nos amarra a una responsabilidad cognitiva angustiante (1995: 71, 74). De este problema, sostiene Camus, escapan, por ejemplo, místicos y esclavos, ya que estos lograr llegar a sentirse libres frente a sí mismos, trascendiendo a su propia conciencia, la cual pasa a diluirse en el todo (místicos) o a entregarse a una autoridad externa…
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